#quetevayasdecasa: año escolar en el extranjero
“Mamá, qué bien cocinas, ¡cómo echo de menos tus lentejas!”. Sí, el milagro es posible. Si quieres oír estas palabras pronunciadas por los labios de tu hijo adolescente solo tienes que poner un poco de distancia. La distancia más provechosa que puedas imaginar: la de enviar a tu hijo un año escolar al extranjero.